El olivar tradicional está formado por árboles grandes distanciados entre sí.
El olivar intensivo tiene una menor distancia y más árboles por hectárea.
El olivar superintensivo tiene árboles muy pequeños con distancia mínima entre ellos.
Para obtener más rendimiento el olivar tradicional pasa al superintensivo.
Las administraciones controlan ese cambio de modelo.
Para conocer cómo cambia el olivar hay que hacer visitas de campo.
La Universidad de Córdoba ha diseñado un método que usa imágenes de satélite para saber qué tipo de olivar hay sin ir a campo.
Este método ahorra tiempo y costes